Cortesia TELESUR
El
Comité Intergubernamental de la Convención para la Salvaguarda del
Patrimonio Inmaterial de la Unesco examinó este jueves más de 30
candidaturas, presentadas por 46 naciones, en un encuentro celebrado en
la ciudad de Bakú, capital de Azerbaiyán.
La Organización de Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura, (Unesco, por su sigla en inglés)
declaró este jueves como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad a
la “Parranda de San Pedro”, una tradición popular y religiosa que
durante años es celebrada en los pueblos de Guarenas y Guatire, en el
estado Miranda (norte) en Venezuela.
La decisión fue anunciada desde Bakú, capital de Azerbaiyán, donde el
Comité Intergubernamental de la Convención para la Salvaguarda del
Patrimonio Inmaterial de la Unesco examinó más de 31 candidaturas,
presentadas por 46 países.
Desde Bakú, el presidente del Centro de Diversidad Cultural de
Venezuela, Benito Irady, manifestó sentirse muy emocionado y destacó que
“estamos viviendo un momento grandioso para la historia de la patria”
venezolana.
De esta manera, la “Parranda de San Pedro” se une a los “Diablos
Danzantes de Corpus Cristi”, que también fueron declarados Patrimonio
Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, en el año 2012.
Días atrás, Irady expresó que la declaración de la Parranda de San
Pedro como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad “representa un
reconocimiento a la expresión creadora popular de Venezuela y de
Latinoamérica”.
"(La Parranda) forma parte de una gestión del pueblo, porque estos
expedientes (para solicitar a la Unesco este reconocimiento) fueron
logrados por ellos, por la relación de la festividad con la comunidad",
aseveró.
De igual manera, recordó que el Ministerio de Cultura ha promovido el
reconocimiento a las expresiones culturales populares, por intermedio
de los comités para la salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial, a
partir de lo cual se han conformados 288 grupos organizados en todo el
país.
Festividad mirandina
La “Parranda de San Pedro” representa una de las manifestaciones
culturales populares vinculadas a la identidad de los pueblos de origen
africano, celebrada en los pueblos de Guatire y Guarenas, estado Miranda
(norte), cada 29 de junio, día de San Pedro.
La fiesta recuerda a María Ignacia, esclava de una hacienda mirandina
que padecía los efectos de una enfermedad que le provocaba fiebre y
dolor, en cuyo vientre se formaba vida y aunque sus compañeros y amigos,
también esclavos, preparaban brebajes y le pedían a los santos por su
sanación, María Ignacia no mejoraba.
La historia relata que, en un momento de lucidez, la esclava encendió
una vela a la imagen reconocida como San Pedro y con fe pidió por su
salvación, con la promesa de que todos los 29 de junio ella le
agradecería el milagro con lo mejor que sabía hacer: bailar.
Ya recuperada, María Ignacia cumplió su promesa, buscó entre sus
ropas el mejor vestido, tejió sus cabellos largos y tomó en brazos a su
pequeña hija, nacida del milagro. Sus hijos mayores le acompañaron, al
igual que sus compañeros y familiares, bajo el ritmo de las maracas y el
cuatro.
Tiempo después, María Ignacia fallece y es su marido quien se viste
de mujer y mantiene viva aquella promesa, que se mantiene a través de
los siglos XIX y XX hasta la actualidad.
"Algunos señalan su origen en Guarenas, otros en Guatire, pero no
olvidemos que fueron un conjunto de haciendas donde la los esclavos
negros estaban presentes”, recordó Irady.
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